Declaración de Jóvenes de Latinoamérica y el Caribe ante el compromiso de nuestros países ante la COP21

Por Libélula  hace 9 años

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El 2015 es un hito para el destino de nuestra sociedad. Nuestros líderes políticos tienen la misión de concretar un acuerdo global basado en evidencia científica, ambicioso, equitativo y vinculante  para asegurar un clima estable y nuestro derecho a un desarrollo sostenible para todos y todas.

La “Voz de Nuestra Generación: Declaración de Jóvenes de Latinoamérica y el Caribe ante el compromiso de nuestros países frente a la COP21” advierte de los riegos inaceptables del cambio climático y sus impactos en la región, la necesidad de elevar la ambición de nuestras metas globales de reducción de emisiones y de adaptación para incrementar la resiliencia de nuestras comunidades a los impactos presentes y futuros del cambio climático; y del mismo modo, recuerda la necesidad de asegurar los medios de implementación para catalizar estos compromisos climáticos.

Así en esta declaración los jóvenes miembros de la plataforma Embajadores +1, identifican 10 elementos claves para la acción climática, que le piden tener en cuenta a sus autoridades cuando los representen en las negociaciones climáticas, que culminarán en la COP21 con un nuevo acuerdo climático. Lee la declaración completa (la encuentras disponible también aquí):

La Voz de Nuestra Generación: Declaración de Jóvenes de Latinoamérica y el Caribe ante el compromiso de los países frente a la COP21

Nosotros los jóvenes de Latinoamérica y Caribe, comprometidos con la realidad social, económica y ambiental de cada país, y reconociendo que el cambio climático representa en la actualidad la problemática global más urgente para atender.

Declaramos que:

Reconocemos que la evidencia presentada por numerosas investigaciones alrededor del mundo, recopiladas por el IPCC, es clara y contundente: la acción humana es responsable de la desestabilización de nuestro sistema climático y necesitamos tomar acciones urgentes para no exceder los 1.5°C de aumento de temperatura global, si queremos tener éxito en evitar las consecuencias más graves del cambio climático.

Afirmamos que el cambio climático es una realidad que ya afecta a nuestros países y a la región en general, a través del incremento en la frecuencia y severidad de fenómenos extremos, la pérdida de la capa forestal de la Amazonía, el derretimiento de glaciales, el aumento del nivel del mar, el deterioro de los arrecifes coralinos, la salinización y desertificación de tierra agrícola, el desplazamiento y extinción de especies animales y vegetales; hechos que comprometen la seguridad hídrica, alimentaria y energética de nuestras poblaciones, y exacerban el riesgo de millones de personas de caer en situación de pobreza.

Consideramos que Latinoamérica y el Caribe es una región clave en el accionar frente al cambio climático por su gran diversidad biológica y cultural, y como tal debería reflejar  su preocupación demostrando un liderazgo internacional.

Creemos que nuestros países deberán desacoplar su crecimiento económico de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como incrementar su resiliencia a los impactos actuales y proyectados del cambio climático. A pesar de no tener responsabilidad histórica, ni ser los mayores emisores de gases de efecto invernadero, nuestros países no pueden seguir creciendo de la manera que lo hicieron los países desarrollados pues sería repetir el camino que ha puesto al Mundo en esta situación.

Sostenemos que tales metas ambiciosas son viables como lo han probado 131 países, que representan más de 2/3 de las partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), al apoyar la inclusión de un objetivo a largo plazo de descarbonización, cero emisiones netas y/o neutralidad de carbono en el acuerdo climático, a través de propuestas de texto al ADP y/o referencias al objetivo de largo plazo en sus respectivas iNDCs; así como los países de la región con metas de mitigación en sus iNDCs condicionadas a apoyo internacional para incrementar su ambición de reducción de emisiones; y los países de la región que han incluido medidas concretas de adaptación en sus propuestas de iNDC.

Así:

Preocupados por los actuales impactos observados y por los futuros impactos del cambio climático en la integridad de la biosfera terrestre y marina regional, en las poblaciones más vulnerables de la región, y sobre todo nuestra capacidad de adaptarnos.

Convencidos que no existe ningún ser humano en Latinoamérica, el Caribe y el Mundo  que no dependa de los ecosistemas y de sus servicios,  cada vez más vulnerables a los efectos del cambio climático.

Contemplando que somos la primera generación en sufrir los efectos del cambio climático, pero a la vez la última que pueda revertir o minimizar los efectos altamente destructivos del problema;

Reafirmando que nos haremos responsables por impulsar un verdadero  accionar frente al cambio climático de manera inmediata  y asumir un rol y una participación más activa y concreta tanto en mitigación y adaptación. Nosotros los jóvenes de la región le solicitamos a nuestras autoridades:

Artículo 1

Evaluar la suficiencia de la meta límite de 2°C de incremento de temperatura global en el acuerdo climático, proponiéndose como mejor opción el 1.5°C, ya que en los últimos reportes1 presentados a la CMNUCC, se detalla que 2°C no es un límite seguro pues representa riesgos medianos y altos para personas y sistemas con limitada capacidad adaptativa, además costos más altos para la adaptación.

Artículo 2

Traducir el objetivo de limitar el incremento de temperatura a 1.5°C (o 2°C en su defecto) en un objetivo a largo plazo de cero emisiones netas alrededor del 2050 en el nuevo acuerdo climático. Esto significa perseguir una amplia reducción de gases de efecto invernadero global en el corto plazo para alcanzar cero emisiones  netas alrededor de la mitad del siglo (2050) y emisiones negativas cerca al 21001.

Artículo 3

Asegurar que la adaptación sea un componente central del nuevo acuerdo climático con el mismo nivel de prioridad que la mitigación. Esto significa la incorporación de una meta global de adaptación que tome en cuenta la relación entre el nivel de la ambición de mitigación, los consecuentes impactos del cambio climático y las necesidades y costos de adaptación, y así,  asegure la resiliencia de ecosistemas, sociedades y  economías comprometiendo a las partes a incrementar sus esfuerzos de adaptación y reducir la situación de vulnerabilidad de las poblaciones. Esta meta podría ser acompañada por la promoción de investigaciones sobre los efectos del cambio climático en nuestra región, contextualizando las implicancias de un incremento de 1.5°C o 2°C en realidades locales, y sus medidas de adaptación respectivas.

Artículo 4

Asegurar la disponibilidad de nuevas tecnologías y la adaptación de las existentes tecnologías de adaptación y mitigación a las condiciones locales. Esto significa el desarrollo, difusión y escalamiento rápido de las tecnologías de captura de CO2 y las tecnologías bajas en carbono, con especial énfasis en el sector energía y uso de suelos, así como la adaptación de las soluciones existentes a contextos locales. Las tecnologías requeridas para el escenario de 1.5°C son básicamente las mismas que para el 2°C, pero necesitan ser desarrolladas más rápido y en este contexto es vital asegurar las condiciones necesarias para la innovación, la transferencia tecnológica, incluyendo arreglos institucionales, financiamiento y fortalecimiento de capacidades. Del mismo modo, se insta a tener en cuenta a los pueblos indígenas como fuente de conocimientos tradicionales de adaptación al cambio climático.

Artículo 5

Aumentar los esfuerzos en el fortalecimiento de capacidades y educación para asegurar el progreso hacia la meta límite de 1.5°C.  Esto significa asegurar el apoyo a las Partes de la CMNUCC para el diseño e implementación de actividades relacionadas con la educación, concientización pública, participación pública, acceso público a la información y cooperación internacional; y mejorar el monitoreo y revisión de la efectividad de las actividades orientadas al desarrollo de capacidades.

Artículo 6

Procurar e incrementar el financiamiento otorgado para el Fondo Verde para el Clima en el mediano plazo, así como desincentivar la inversión en combustibles fósiles, aumentando, además, las inversiones verdes en un camino hacia una nueva economía baja en carbono y resiliente e impulsando, a través de estas transformaciones, los medios tecnológicos, educativos y de cooperación que permitan el desarrollo de los empleos verdes.

Artículo 7

Aumentar el nivel de ambición de sus iNDCs (Contribuciones previstas determinadas a nivel nacional). Esto significa reconocer los resultados de la revisión del efecto agregado de las contribuciones nacionales, de identificarse una sustancial brecha entre los compromisos nacionales y las emisiones que necesitamos reducir para mantenernos debajo del 1.5°C; así como comprometerse a un mecanismo de revisión de las contribuciones nacionales e incremento de ambición en ciclos de 5 años.

Artículo 8

Participar activamente de los procesos de negociaciones previos a la vigésimo primera Conferencia de las Partes (COP21) de la CMNUCC, a realizarse en París en diciembre del presente año, y asumir un liderazgo positivo en sus respectivos bloques de negociación para asegurar todo lo señalado con anterioridad, así como una actitud propositiva y de compromiso para alcanzar un acuerdo climático mundial ambicioso y vinculante.

Artículo 9

Asumir sus compromisos luego de la COP21 y del lanzamiento de los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible con fuerza y convicción. Esto se acompaña con el reconocimiento de las sinergias con la Agenda de Acción Lima-Paris, que congrega los esfuerzos de actores subnacionales y no estatales, con la asignación de los recursos y la implementación de procesos participativos que nos permitan asumir juntos los desafíos que nos plantea el cambio climático.

Artículo 10

Reconocer el rol fundamental de los jóvenes, los pueblos indígenas, grupos religiosos, la sociedad civil, las organizaciones, fundaciones, gobiernos subnacionales, empresas y organismos del sector privado, etc., y posibilitar la aplicación de políticas públicas más efectivas con el acompañamiento de dichos grupos. Con especial énfasis pedimos que incluyan a las organizaciones juveniles de la sociedad civil en los procesos de debate, planificación y ejecución de proyectos y acciones frente al cambio climático, a través de la aceleración de iniciativas de educación formal y no formal, la implementación de ecosistemas aceleradores de emprendimientos sostenibles y el acompañamiento técnico, político y financiero.

Por todo lo expresado anteriormente los Jóvenes de Latinoamérica y el Caribe piden a sus autoridades mayores compromisos, pero a la vez nos comprometemos a acompañar, colaborar e impulsar las políticas públicas ambientales y climáticas que establezcan los Gobiernos Nacionales y Locales, con el objetivo fundamental de mejorar las condiciones de vulnerabilidad de nuestros países y potenciar las oportunidades de mitigación de la región, logrando, así, encaminarnos a un desarrollo bajo en emisiones y resiliente al clima, y por sobre todo, mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de la región.

Si quieres sumarte a esta petición, firma la declaración:

(1)    Como ha recomendado el SED en su último reporte. El SED (Structured Expert Dialogue) se estableció como único mecanismo de revisión de la meta de los 2°C en 2012. El Reporte del SED disponible aquí

 

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