Preguntas incómodas para un 2024 más sostenible

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Por Libélula  hace 4 meses

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Por: Pia Zevallos – Gerente General de Libélula

Hace más de 5 años, en el Foro anual de nexos+1 sobre sostenibilidad y cambio climático, Pedro Friedrich, Copresidente del Directorio de Sistema B y Director de Tonka SA, le preguntaba a un público de empresas peruanas: “Si tu negocio crece ¿eso es bueno para el planeta?”. Esta pregunta, a la luz de las crisis climática, política, económica y social que vivimos, es más relevante que nunca.

El sector privado necesita reforzar su acción en sostenibilidad. El primer balance global sobre las metas de desarrollo sostenible a través de los ojos del sector privado – un estudio del Pacto Global y Accenture –  nos dice que si bien la mayoría (81%) de los líderes empresariales globales creen que sus negocios están haciendo suficiente para contribuir con las metas, menos (62%) sienten que su sector está haciendo suficiente, y solo la mitad (48%) declara que el sector privado esté haciendo suficiente.

Un nuevo año siempre viene cargado de preguntas para una organización: ¿Hacia dónde queremos ir? ¿Cuánto vamos a vender? ¿Qué rentabilidad esperamos? ¿Qué mejoras vamos a implementar en nuestros procesos? Junto a estas preguntas tan importantes, no debemos olvidar hacer otras, si queremos asegurar la sostenibilidad del negocio a largo plazo, y si buscamos trascender: ¿Cuál es el futuro que queremos construir y para el cual, nuestro negocio es relevante? ¿Cuán adaptada está mi empresa (o modelo de negocio) a los desafíos del mundo actual, incluido el cambio climático? ¿Qué externalidades negativas generamos y cómo lo estamos gestionando? ¿Cuánto trabajo de calidad vamos a generar? ¿Qué valores guían a la empresa? ¿Qué estoy aportando? ¿Qué estoy reportando? ¿Cuál es el legado que queremos dejar?

Además, como CEOs, y basándonos en las recomendaciones de Adam Grant, psicólogo organizacional y autor de bestsellers, que nos plantea que «un mundo cambiante exige la capacidad de reconsiderar y desaprender», hay preguntas cruciales que hacernos en este contexto de altísima incertidumbre: ¿Me estoy dando espacio para aprender sobre temas que son nuevos para mi (como el cambio climático), y haciendo preguntas difíciles sobre mi negocio? ¿En quién influyo y cómo uso esa influencia? ¿Hace cuánto no reviso la visión o propósito de mi empresa, para incorporar temas urgentes de contexto? ¿Hacia quién o quiénes soy responsable por esta visión o propósito? ¿Estoy rodeado de personas que cuestionan mi forma de pensar?

Grant plantea que «No podemos cambiar el mundo, si no estamos dispuestos a cambiar nosotros mismos». En este contexto de enorme degradación ambiental y humana, estemos listos para poner el enorme potencial de las empresas, al servicio de algo más grande.

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