¿Cómo afecta el cambio climático a las ciudades latinoamericanas?

Por Libélula  hace 10 años

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27 de Marzo del 2015

Las ciudades son la cuna del cambio climático. En la actualidad las urbes emiten aproximadamente el 70% de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de todo el mundo y son Estados Unidos, China e India los países que albergan a las ciudades que más contribuyen al calentamiento global.

En América Latina, Sao Paulo y Ciudad de México son los grandes productores de GEI, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Además, en la región el 73% de la población vive en zonas costeras, convirtiéndose en zonas vulnerables a los efectos del cambio climático y viéndose expuestas a inundaciones por la mayor frecuencia e intensidad de eventos hidroclimáticos extremos, y por la elevación del nivel del mar. El mismo porcentaje de población tampoco cuenta con un transporte público limpio y enfrenta, por ello, serios problemas en su calidad de vida.

Mónica Araya, directora Ejecutiva de Nivela, sostiene que el cambio climático puede afectar de diferentes maneras a una ciudad.

“Algo básico que debemos de tener en cuenta es que las poblaciones deben aprender a ver las conexiones. Los efectos del cambio climático se entremezclan con nuestra vida cotidiana y en América Latina serán vulnerables aquellas ciudades cuya electricidad provenga de fuentes de hidroeléctricas; además, se puede dar un descenso en el volumen de las represas que alimentan una ciudad. Eso genera problemas de oferta, pues existe menos cantidad de electricidad disponible para una creciente población de hogares y empresas, y, por lo general, se opta por decisiones de corto plazo para generar electricidad, como el uso de combustibles fósiles”, refiere.

Problemáticas en las ciudades Latinoamericanas

El estudio del BID revela que la urbanización y la degradación medioambiental son dos grandes retos con los que debe de lidiar la región. Actualmente América Latina enfrenta enormes desafíos en temas de agua y saneamiento, residuos sólidos y calidad ambiental. Menos del 15% de aguas residuales son tratadas para su vertido y solo el 2,2% de los residuos sólidos son reciclados; además, las tormentas, inundaciones, terremotos y sequías son los principales fenómenos con los que deben lidiar las poblaciones.

Santiago Mejía Dugand, experto en Gestión y Tecnología Ambiental de La Ciudad Verde, sostiene que las ciudades afrontan un problema tenaz: el de los refugiados climáticos.

“Campesinos o personas de la costa, al verse afectados por el cambio climático, migran hacia las ciudades con la impresión de que podrán mejorar su nivel de vida.  En los países latinoamericanos estos fenómenos de migración descontrolada, aunque por otros motivos, han tenido efectos muy complejos sobre la capacidad de los gobiernos de mantener los niveles de vida adecuados”, resalta.

Ordenamiento, energía renovable y adaptación

Ante los problemas medioambientales que afronta la región como consecuencia del cambio climático, Mónica Araya sostiene que el ordenamiento territorial y la planificación urbana a largo plazo son dos puntos a tomar en cuenta para adaptar a las poblaciones con seriedad, además de involucrar a los grupos.

“Es una condición vital que Santiago, Johanesburgo o Tianjin tomen en serio el ordenamiento; además, en América Latina necesitamos ayudar a crear colectivos ciudadanos concentrados en temas específicos que afectan la ciudad, entender las prioridades de la gente y trabajar agendas de cambio climático que estén íntimamente ligadas con esas problemáticas. Por ejemplo, las encuestas de ciudadanos en Chile y Costa Rica coinciden en que la contaminación del aire es una prioridad, y  es una grandísima oportunidad para trabajar en la agenda ciudadana a favor del transporte limpio y digno: reduce congestión, contaminación, ruido y además  ayuda a bajar las emisiones de carbono del país pues quema menos gasolina. También hay que trabajar con bancos que puedan generar líneas de crédito para edificios y empresas de transporte que quieran hacer reconversiones para bajar emisiones, o para aumentar la resiliencia a los impactos del cambio climático”, dijo.

Las ciudades se pueden adaptar de diferentes maneras al cambio climático, preparándose para los desastres que puedan ocurrir y generando planes para afrontarlos.

“Ciudades como Medellín, en Colombia, han empezado a hablar de resiliencia, la capacidad de recuperarse después de eventos devastadores, no solo naturales, sino también sociales. Para ello han creado oficinas de resiliencia. Otra manera de adaptarse es mediante el uso de tecnología, algunas ciudades costeras pueden utilizar sistemas de compuertas que ayuden a disminuir el efecto erosivo del mar, construcciones más resistentes y una mejor planeación de nuevas áreas de crecimiento. También hay que optar por la reforestación, dado que la siembra de árboles en las laderas disminuye la erosión y ayuda a regular la cantidad de agua que fluye hacia los valles, así como la absorción hacia el subsuelo”, indica Santiago Mejía.

Para el experto es necesario dejar de depender de los combustibles fósiles.

“Debe quedar muy claro que el cambio climático no se puede frenar de una manera realista. Ya pasamos el punto de no retorno, considerando lo compleja que es nuestra sociedad y la dependencia que tenemos de los combustibles fósiles para nuestros empleos, alimentos y transporte; por ello, es necesario luchar para sobrepasar niveles aún más catastróficos. La mayor contribución al cambio climático es el uso de combustibles fósiles, lo lógico es entonces disminuir su consumo”, concluye.

Crédito imagen: André Deak

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