América Latina fortalece su acción climática con aprendizajes clave sobre transparencia

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Por Libélula  hace 1 día

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 Representantes de más de 15 países de la región compartieron avances y retos en la elaboración de sus reportes de transparencia (BTR) y sus nuevos compromisos (NDC 3.0) bajo el Acuerdo de París, trazando una hoja de ruta común hacia una mayor transparencia y ambición climática

Lima, abril de 2025. A inicios de abril, en Lima, Perú, autoridades y representantes de 15 países de la región enfocados en acción climática se reunieron en un entrenamiento técnico organizado por la Alianza para la Transparencia en el Acuerdo de París (PATPA), la Iniciativa para el Fortalecimiento de Capacidades para la Transparencia – Programa de Apoyo Global (CBIT-GSP) y el Ministerio del Ambiente del Perú, con el apoyo de Libélula. 

Durante tres días intensivos, los participantes fortalecieron sus capacidades para abordar los avances y retos en el camino a la actualización de la NDC 3.0 y la implementación de mejoras para presentar su segundo Informe Bienal de Transparencia (BTR).

Cooperación: impulso para la transparencia 

Actualmente 101 países han presentado su primer BTR, de los cuales 19 pertenecen a América Latina y el Caribe, que significa un liderazgo y avance importante para la región. Además, 68 países han desarrollado sus NDC;  y  las principales economías del mundo – que en conjunto representan el 87% del PIB global –  se han comprometido a alcanzar la neutralidad en las emisiones de gases de efecto invernadero en las próximas décadas.

Frente a ese panorama, Tim Bantel, coordinador de PATPA para América Latina y el Caribe, explicó que la cooperación entre países es más que un intercambio de buenas prácticas: es una herramienta clave para acelerar la implementación de la transparencia climática en la región. “El encuentro ha demostrado que la mejora continua bajo el marco reforzado de transparencia (ETF, en inglés) no es un ideal lejano, sino una realidad alcanzable si trabajamos juntos, compartiendo lo que funciona. La acción climática requiere articulación, y capacidades fortalecidas”, sostuvo Bantel. 

La creación de comunidades de práctica y espacios como los promovidos por PATPA y CBIT-GSP han sido fundamentales para la cooperación Sur-Sur. Se reconoció que compartir experiencias y herramientas entre países ha permitido avanzar más rápido, aprender de errores comunes y construir sistemas de reporte más robustos.

Lisandra Rodríguez, del Departamento de Métrica y Transparencia de República Dominicana, señaló que uno de sus principales desafíos es trabajar simultáneamente en la LTS, la NDC 3.0 y el primer BTR, con poco tiempo, escaso personal y cambios en el gobierno. “Hemos aprendido en este taller de las experiencias que tienen cada uno de los países que ya han reportado ante la Convención y que han sido examinados”, indicó. 

Leonardo Pineda, coordinador del Grupo de Cambio Global del Ideam de Colombia, destacó que su país avanza en un proceso participativo para actualizar sus metas al 2030 y avanzar hacia la descarbonización al 2050. Subrayó que el intercambio en Lima fortaleció la cooperación regional y aportó insumos clave para mejorar indicadores, integrar proyecciones y dar mayor relevancia a la adaptación.

América Latina avanza la hacia la NDC 3.0

Además del reto de cumplir con los requerimientos del ETF, los países enfrentan un desafío adicional: la actualización de sus NDC. En el entrenamiento se destacó la importancia de alinear estos dos procesos para lograr avances climáticos más ambiciosos y coherentes. 

Durante las sesiones, los representantes revisaron el progresos de los  primeros BTR, profundizaron en el Examen Técnico por Expertos (TER), y exploraron cómo las NDC 3.0 pueden alinearse a ello y a los resultados del primer Balance Global (GST1), incorporando mejoras concretas y metas más ambiciosas.

Las NDCs 3.0, que deberán presentarse en 2025, representan una oportunidad para elevar la ambición climática, y conectar la planificación a corto y largo plazo, alineando las metas de adaptación y mitigación. 

Uno de los principales aprendizajes del entrenamiento fue la necesidad de fortalecer las capacidades nacionales no solo para asegurar la calidad, transparencia y trazabilidad de la información climática reportada, sino también para implementar los compromisos con efectividad. Países como Uruguay, México y Perú compartieron sus avances notables en la integración de medidas de mitigación y adaptación a través de marcos normativos sólidos, sistemas de monitoreo y gobernanza participativa.

Berioska Quispe, directora de Cambio Climático y Desertificación del Ministerio del Ambiente de Perú sostuvo que es importante para los países evidenciar que se está trabajando de manera acelerada en la acción climática.  “En estos cinco años que quedan de cara al 2030, también en Perú enfrentamos retos importantes, pero hemos logrado enviar nuestro primer BTR a finales de diciembre del 2024 y ahora nos encontramos en el proceso de elaborar nuestra NDC 3.0”,  explicó.

Resultados y aprendizajes clave a nivel país

El diálogo entre países durante el encuentro permitió identificar enfoques innovadores y desafíos comunes, entre los cuales se puede destacar: 

  • Uruguay ha desarrollado un sistema visual de seguimiento de medidas que permite el acceso público a los avances en mitigación y adaptación.
  • Perú presentó avances en la institucionalización de la adaptación, con un Plan Nacional de Adaptación alineado al marco de transparencia y el desarrollo de indicadores específicos.
  • República Dominicana destacó la necesidad de simplificar sus indicadores y mostró apertura a fortalecer la cooperación regional.
  • Venezuela, pese a enfrentar desafíos de actualización de inventarios GEI,  mostró una actitud de mejora continua, identificando la necesidad de incluir indicadores y nuevos sectores en sus NDC.
  • Cuba identificó instrumentos cooperativos como una vía para lograr el desarrollo de una economía baja en carbono, y está explorando el innovador campo del carbono azul. 
  • México subrayó la importancia de contar con metodologías claras en proyecciones y un marco legal coherente entre planes y reportes climáticos.

Mercados de carbono y la ambición climática

Una sesión clave del taller fue la discusión en torno al Artículo 6 del Acuerdo de París, referido a los mecanismos de mercado de carbono, y su implementación en la región. Países como Cuba, Brasil, Ecuador y Uruguay ya han incluido su intención de uso de este artículo en sus NDC, mientras que Perú ha avanzado en la preparación normativa y técnica.

La participación en los mercados de carbono se discutió como una alternativa para aumentar la ambición climática, siempre que se respeten principios de integridad ambiental, y beneficios sostenibles a largo plazo. El desafío: diseñar proyectos transformadores que contribuyan al cumplimiento de las metas nacionales sin comprometer el desarrollo local.

Hoja de ruta para una mayor transparencia climática

La implementación efectiva del Acuerdo de París depende de dos pilares fundamentales: la acción climática ambiciosa y la transparencia que la respalda. La medición, el seguimiento y el reporte de avances no son procesos aislados; son motores que fortalecen la planificación, la toma de decisiones y la credibilidad de los compromisos nacionales. Sin un marco robusto de transparencia, los esfuerzos de implementación quedarían fragmentados y difíciles de escalar.

En este contexto, los países están avanzando en una hoja de ruta que articula el fortalecimiento de la transparencia climática con la mejora progresiva de sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC). Esta hoja de ruta no solo mejora la calidad de la información reportada, sino que también impulsa la acción climática efectiva a corto y largo plazo, asegurando que los compromisos asumidos se traduzcan en resultados tangibles.

A continuación, se describen las principales acciones que conforman este proceso hacia una mayor ambición, coherencia y efectividad en las políticas climáticas:

  1. Elaboración del primer BTR (BTR1):
    Los países presentaron sus primeros Informes Bienales de Transparencia, lo que dejó importantes lecciones aprendidas sobre los desafíos y capacidades nacionales.
  2. Inicio del Examen Técnico por Expertos (TER):
    Proceso en curso que analiza los BTR1 y entrega recomendaciones para mejorar la calidad, transparencia y trazabilidad de la información reportada.
  3. Integración de BTR Y NDC al Balance Global (GST):
    Los insumos del BTR1 y la NDC 3.0 alimentan el Balance Global, ayudando a evaluar el progreso colectivo hacia los objetivos del Acuerdo de París.
  4. Preparación del segundo BTR (BTR2):
    Con las lecciones aprendidas y recomendaciones técnicas, los países deberán elaborar un segundo informe más robusto y alineado a los estándares de transparencia.
  5. Actualización de las NDC 3.0:
    En paralelo, se está trabajando en la actualización de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas, incorporando metas más ambiciosas y nuevas áreas (mitigación, adaptación, mercados, etc.). Es importante destacar que los BTR son clave para este proceso y el GST debería orientar a las NDC 3.0.
  6. Análisis de necesidades:
    A partir de las NDC 3.0 y del proceso de reporte, los países identifican brechas y necesidades técnicas, financieras e institucionales.
  7. Identificación de esferas susceptibles de mejora en los BTR:
    Estas representan oportunidades concretas para fortalecer la acción climática y mejorar futuros reportes.
  8. Elaboración de un Plan de Mejora:
    Con base en todas las etapas anteriores, se construye una hoja de ruta que orienta el desarrollo del BTR2 y otros informes requeridos por la Convención.

El Entrenamiento sobre la interconexión entre la NDC 3.0, los BTR y la mejora progresiva bajo el ETF dejó una conclusión contundente: avanzar en la transparencia climática es posible y necesario. Para lograrlo, los países deben fortalecer sus capacidades técnicas, consolidar marcos normativos sólidos y apostar por procesos participativos que vinculen a todos los sectores. El camino hacia la NDC 3.0 ya está trazado, y la región avanza decidida, con aprendizajes compartidos, desafíos claros y una convicción renovada de que la acción climática solo es efectiva cuando se construye de manera colaborativa y basada en evidencia.

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