Ahora que se levantó la cuarentena, nuestra economía inicia un complejo proceso hacia su reactivación, donde las empresas se ven obligadas a evolucionar para mantenerse en el mercado. Organizaciones como la Asociación de Municipalidades del Perú, Lima Cómo Vamos, Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático, WWF Perú, Periferia, entre otras, ya se han pronunciado exigiendo una reactivación económica sostenible, donde, además de generar ingresos y empleo, se vele por el cuidado del ambiente. Del mismo modo, 6 de cada 10 consumidores esperan que las marcas declaren cómo contribuirán al futuro del país (GFK, 2020). Y es que la pandemia ha dejado ver la conexión de nuestras actividades cotidianas con el deterioro del ambiente.
“Sin lugar a dudas, la “nueva normalidad”, como muchos la han llamado, será el producto de una evaluación dramática de los sistemas económicos y sociales tradicionales, y la responsabilidad de las empresas peruanas con el entorno jugará un papel fundamental en este cambio de enfoque”, comenta Marian Buraschi, Directora de nexos+1 e IKI (International Climate Initiative). Teniendo esto en cuenta, la especialista explica las 3 claves para aplicar un enfoque de sostenibilidad en nuestras empresas, y ser competitivos en la “nueva normalidad”.
Propósito. En el marco de una reactivación económica sostenible, la comunicación del propósito de generar valor y solucionar los problemas ambientales y sociales es importante, pero el paso a la acción es vital. “Además de preguntarnos por qué existe nuestra empresa y cuán relevantes somos para el entorno, necesitamos empezar a tomar acción. En un mundo post COVID-19, el consumidor será cada vez más vigilante, y un propósito que solo se quede en palabras no será bien recibido”, señala Buraschi.
Coherencia en la cadena de valor. En el 2017, más de 200 compañías líderes a nivel global identificaron que un 65% de su impacto social y ambiental dependía de sus proveedores (KPMG). “En esta “nueva normalidad”, las empresas que cuenten con proveedores sostenibles podrán adaptarse rápidamente a las nuevas condiciones y exigencias del mercado. Una cadena de valor no solo es una fuente de reducción de costos, de riesgos e impactos negativos indirectos; sino también una oportunidad para generar empleos de calidad fuera de tu organización. En el contexto actual, esto es crucial”, afirma la experta.
Resiliencia. Entendida como la capacidad de gestionar la crisis y convertirla en una oportunidad, la resiliencia es la cualidad más importante en este contexto de riesgos inminentes, como el COVID-19, y latentes, como el cambio climático. “La resiliencia tiene 4 aspectos: la capacidad de anticipar, a través del análisis del contexto y del negocio; la capacidad de absorber golpes, para lo cual la salud financiera es fundamental; la capacidad de adaptarnos, a través de la agilidad y la cohesión del equipo; y la capacidad de transformarnos, usando la tecnología y adoptando estándares de sostenibilidad. Una empresa que desee competir hoy debe tomar en cuenta los problemas sociales y ambientales en su estrategia”, señala la Directora de nexos+1 e IKI-LAC.
“El cambio climático es una crisis latente que puede llegar a tener efectos más grandes que el COVID-19. Sin embargo, las empresas tienen la oportunidad de crear una nueva realidad: reactivar la economía y generar nuevos empleos, al mismo tiempo que generan un impacto positivo en el medio ambiente. Los líderes que tomen las lecciones de la pandemia parten con ventaja en la “nueva normalidad””, concluye.
